martes, septiembre 11, 2007

Dani's Race Report la Meia Maratona do Rio.

Queridos amigos Rojos:Antes que nada quiero decirles que estamos muy contentos de la increíble experiencia que vivimos con Quique y Delmar en Río de Janeiro y que supimos cumplir, con nosotros y con ese formidable grupo del equipo de Los Rojos al que representamos por primera vez en el ámbito internacional.- Modestamente, estimo que también representamos en esta instancia a la A.A.U. que es la organización con las que nos sentimos identificados como grupo y que nos da la posibilidad, mediante el trabajo incansable de sus directivos, de desarrollar un hermoso deporte y de poder compartir muchos momentos maravillosos con compañeros de otros equipos.-Obviamente que lo primero es agradecer a todos uds. todos esos mensajes de aliento que nos enviaron en los días previos y que nos motivaron aún más para llegar a la meta.- Bueno, qué les puedo decir de esta experiencia fantástica que me atrevo de calificar como casi perfecta.- La verdad, fue un viaje redondo más allá de lo deportivo, sin contratiempos, a un lugar paradisíaco.- Arrancamos a las 6.00 de la mañana del sábado 1º.- Los tres Rojos y sus doncellas más mi prima Sandra y mi amigo Sergio, cuarto matrimonio de la expedición.- El vuelo fue tranquilo, con escala en San Pablo, y a eso de las 11.00 llegamos a Río.- Nos esperaba una camioneta con un chofer llamado Alberto (hincha de Vasco) que nos hizo la gamba de pasar primero por el local de la organización donde se hacían las inscripciones.- Había una cola como de 200 ms. de garotos y meninas que nosotros, corredores de trayectoria internacional, nos negábamos a respetar.- Por tanto, el Escribano, el Abogado y el Contador se las arreglaron para convencer a los que estaban a la entrada de que veníamos del exterior, que estábamos preinscriptos, querían que hiciéramos la cola como si fuéramos meros amateurs, un desubique total!!! Tanto los enloquecimos a los tipos que nos dejaron pasar.-Adentro, el relajo era aún mayor.- Apuntamos directo al que parecía ser el que cortaba el bacalao, un flaco grandote al que saludaba todo el mundo, nos presentamos, le hablábamos todos al mismo tiempo, que "aguarda", "dechame ver", un mundo de gente que iba y venía... , nos tiramos arriba del que estaba en la computadora, no lo dejamos ni pensar y en media hora salimos los tres con la bolsita con la camiseta Adidas, el número de corredor (12.534 el Dotor, 12.544 el Notario y 12548 el Sr. Capitán) y los chips para los championes, locos de contentos por lo rápido que habíamos "resuelto" todo.- LLegamos al hotel "Royalty Copacabana", muy bien ubicado, a 3 cuadras de la playa.- Delmar al 809, Quique al 1102 y yo al 1109.- Los dormitorios daban a un enorme morro que terminaba en el contrafrente del hotel, un verdadero espectáculo que hasta daba temor que se metiera algún mono a la habitación.- Nos instalamos y derecho a la playa de Copacabana.- Un placer.- Estuvimos un rato disfrutando y terminamos almorzando en un restaurante en plena rambla carioca, degustando algunas bebidas no aconsejables para deportistas de élite.- Otro paseo por la costa, siesta y de noche a comer pasta (los deportistas) y pizza completa (las brujas) que no quisieron compartir.- Y a la cama (a descansar????).-A las 6.30 de la mañana del domingo los 3 atletas se encontraron en el restaurante del hotel a desayunar.- Crespo parecía Parrado: se mandó unos bols de ensaladas de frutas pantagruélicos, medialunas, jugos, ñoquis con tuco, cazuela de mondongo, guiso, no sé, agréguenle todo lo posible para no poder correr.- Delmar no se quedó atrás, aunque no fue tan bestia.- Yo comí reservadamente (por única vez).- A las 7.00 bajaron nuestras bellas esposas, nos sacamos fotos con las banderas uruguaya y de Los Rojos en la puerta del hotel y partimos en un taxi hacia la largada que en principio era a las 8.15.- Entendimos mal: largaba a las 9.15, por lo que estuvimos casi 2 horas junando el entorno natural y humano.- El entorno natural era de una belleza única: se salía de un lugar donde se junta la montaña con el mar, un verdadero paraíso (como fue todo lo que descubrimos en los paseos de los días subsiguientes).- Respecto del entorno humano, vimos de todo: imaginen que si corrían 15.000 personas, cuánto había para ver.- Fuimos privilegiados espectadores de la salida de las corredoras de élite, donde aparecían 3 africanas.- Cuando se fue acercando la hora de largar intentamos ubicarnos pero había tanta gente que no podíamos pasar y tuvimos que ir por la playa para volver a subir y largar allá atrás del todo.- A lo que debo agregar que me vinieron ganas de hacer popó 5 minutos antes y transpiré más que en la carrera para llegar a los baños químicos.- Quique y Delmar no lo podían creer, pero hay cosas como el pipí, el popó o los dolores de parto (digo yo) que uno no los puede manejar.- En la fila nos encontramos con unos cuántos corredores del Club de Golf que para darle jerarquía a la institución que representaban se habían mandado hacer camisetas .... rojas!!!!! Una falta de respeto.- Nos acercamos y arranqué con el "Soy Celeste... soy Celeste...".- Al principio me miraron medio raro pero de a poquito algunos empezaron a cantar conmigo.- El Capitán y el Quique aprovecharon para besar a las corredoras compatriotas y para hacer relaciones públicas.- Y largó la carrera... allá adelante, porque por allá atrás donde estábamos nosotros, apenas podíamos ir caminando.- Demoramos entre 10 y 12 minutos para pasar por la largada, y ahí recién empezamos los tres juntos un trote livianito.- Nos divertimos camiones.- Por primera vez me animo decir que disfruté una carrera con intensidad, olvidándome de mí mismo, de los tiempos, de los dolores o del calor (estoy hablando de la primera parte de la carrera...) y nos entretuvimos mirando las montañas, las garotas, las playas, las garotas, el público que llenaba las veredas, las garotas... las garotas.- Y así anduvimos, 3 o 4 kms. juntos, gritándonos cosas, alentandonos, pellizcándonos porque no creíamos poder estar donde estábamos.- Más o menos a los 2 kms. de la carrera pasamos por un hotel de alta rotatividad ( no es fino?) y todos los corredores empezaron a aplaudir, a gritar y a silbar fuerte, así que nos prendimos en la joda.- Como a los 4.00 kms. perdimos a Delmar, que se metió en un boliche a chupar cerveza y a cantar una de Vinicius.- Fue más o menos cuando dejamos de correr entre los morros y pasábamos por el barrio cheto de Leblon ( al decir del Goyo "un espetáculo") transitando por Ipanema y luego por Copacabana.- Antes, por el km. 7, perdí a mi otro compañero, el Quique querido, que se atragantó con una damajuana de caipirinha y le pedía masajes a todas las morenas que pasaban a su lado.- Una total falta de ética.- En plena zona de Copacabana nos esperaban las 4 mujeres y mi amigo Sergio.- Estaba llegando al km. 10, o sea a la distancia que corremos normalmente en las carreras de la A.A.U.- Venía fresco como una lechuga, a pesar de la humedad y del calor que empezaba a sentirse.- Es que la emoción y el disfrute eran tan grandes, la variedad de bichos raros que corrían era tan impresionante que me distraía junando pa todos lados, y eso me llevaba a correr sin el estrés que me dan las competencias en nuestro bendito país (perdón Sánchez Padilla por plagiarlo).- Les cuento que había un loco escapado de algún manicomio que corría vestido de indio, o más bien era un indio, con pelo largo con trenzas, taparrabos, collares y que iba descalzo.- Otro vestido de fantasma, con una capa negra que le cubría todo el cuerpo y una careta de la calavera en la cabeza.
Otro corría vestido de angelito y se había hecho como un arito con un fierro que le quedaba a 20 cms. de la cabeza.- Otro anormal corrió los 21 kms.!!!! con un mástil y una bandera brasilera más grande que la que tenemos en la plaza frente a Tres Cruces.- Y unos cuántos transitaron con estatuitas de la Virgen Protectora de Río... Un verdadero carnaval de locos.- Bueno, estábamos en el km. 10.- Y ahí, por pocos segundos, me perdí lo mejor.- La idea era que a esa altura la hinchada nos iba a estar esperando y a mí me iba a ser entregada la camiseta del equipo más laureado del fútbol uruguayo, la querida aurinegra, para que la llevara conmigo en la segunda mitad de la carrera.- Lo que nunca podría imaginar - y es algo que el Quique Crespo jamás perdonará - es que la atlética (y bolsa) Martha se había ataviado con mi camiseta oro y carbón porque había sentido frío!!!! Gracias Soledad por haber registrado ese momento con la cámara de fotos que hará por siempre inolvidable nuestro paso por tierra brasilera!!! >> Bueno, ahí en el km. 10 me enrrosqué la camiseta de Peñarol en un brazo, recibí el beso apasionado de mi esposa y arranqué la segunda parte de la carrerita.- Terminó Copacabana con su playa llena de palmeras con cocos y nos esperaban las playas de Flamengo y Botafogo, tan lindas como las otras.- Por el km. 12, más o menos, doblamos hacia la izquierda y enfilamos hacia el centro de la ciudad, pasando por el lugar donde el día anterior habíamos ido a inscribirnos y a retirar la camiseta y los chips.- Ya los gritos de joditas y bromas empezaron a cambiarse por gritos de apoyo entre los corredores.- Por ahí me pasó un flaco del Club de Golf que me dijo "dale uruguayo" y le respondí con el "vamo arriba" típico de nuestra tierra.- Ese me ganó, porque lo ví venir por la calle de en frente en un lugar donde se cruzaban los que íbamos con los que venían, como pasa en las carreras de acá, donde los que vuelven te gritan "dale que podés" y los que todavía van responden para adentro "andá a la puta que te parió...".- En esa parte del trayecto atravesamos un par de túneles oscuros que permitían el tránsito por la mitad, pero por la otra mitad pasaban los autos y los ómnibus como pedo!!! Muchachos, ese es un detalle que no puedo obviar:no se imaginan los anormales que manejan en Río de Janeiro.- En cada viaje que hicimos en taxi me maldecía por no haberme contratado un seguro de vida.- No ponen señaleros, se cruzan de una senda a la otra sin avisar, van a 1000 por hora.- Unas verdaderas cocteleras atómicas.- La verdad que nos dió más miedo que subir al Pan de Azúcar en los aerocarriles o al Corcovado... Bueno, la carrera seguía, ya andábamos por el km. 15 y el tránsito se hacía más lento, las piernas empezaron a pesar.- Se me acercó un flaco y me señaló la camiseta del manya que ya no sabía dónde enroscármela (Gustavo, no seas ordinario, imagino lo que estarás pensando...).- Le dije "es do equipi di Penarol, o equipi mais grande du mundo...".- El loco me quedó mirando y me preguntó: "E o Flamengo?".- Y con cara de comentarista deportivo le contesté: "O Flamengo e o tercer equipi do mundo...".- La respuesta pareció agradarle (y demostró que de fútbol el grone no sabía un sorete) porque mandó el pulgar para arriba y siguió corriendo.- Allá por el Km. 17 pasé al anormal que corría con el mástil y la bandera gigante de Brasil que a esa altura se arrastraba... pero no largaba el mástil y seguía como podía.- Eran más o menos las 11.00 de la mañana, y el sol jodía un poquito y las piernas pesaban más.- Po suerte no me paspé porque me había olvidado de pasarme la vaselina que le había recomendado el gigante Mario Vila Oliveros al querido Pelado Peña.- Por el Km. 18 había que dar una vuelta en "U" para volver por la calle que estaba del otro lado del cantero.- En seguida tenías que pasar por una alfombra donde sonaban los chips que llevábamos prendidos en los zapatos.- Un ruidaje impresionante.- Ya quedaba poco.- La meta estaba cerca, pero lo más importante era que el objetivo estaba por cumplirse.- A esa altura ya me había vaciado como diez botellas de agua en la cabeza, y no quiero olvidarme de aclarar que la organización fue muy buena y que había puestos de abastecimiento más que suficientes.- Ahí sentí un grito de aliento que venía del lado opuesto (de los que todavía iban) y me llevé la gran sorpresa de que Martha se había subido a la carrera en el km. 10 cuando pasó Quique y había decidido correr con su esposo hasta la llegada.- Fue un gesto, aparte de de romántico, muy solidario.- Sobre todo teniendo en cuenta que Soledad y Amelia se habían quedado en la Rambla de Copacabana degustando cocos como quedó documentado en las fotos que ya habrán visto. - Pero Martha se pasó... obviamente, haberse puesto un rato la camiseta manya le da fuerza a cualquiera!!!! A esa altura le pregunté a un flaco cuánto faltaba y me mostró dos dedos, no le quedaban fuerzas ni para decir "dois" y a mí me dejó en la duda de si faltaban 2 cuadras, 200 metros o 2 kilómetros... pero eran 2 kms.- Cuando divisé la meta, aproximadamente a 500 ms., ahí sí me puse la gloriosa aurinegra arriba de la querida camiseta de Los Rojos y crucé la meta cuando el reloj marcaba 2 hs. 14 minutos... Después la organización me descontó 10 minutos y ahí comprendí la utilidad del chip, que registró, entre otros, los momentos en que pasamos por la largada y por la llegada y así se nos pudo atribuir el tiempo real que nos insumió la carrera.- Que como verán no fue un tiempo genial ni mucho menos, pero en esta carrera, creanlo, lo valioso fue todo lo demás que les vine contando (fascinante especulación para dejar en segundo plano un registro digno de la tortuga Dartagnan).- Llegué a la meta con los brazos en alto pero esta vez no me esperaban ni Enrique (ya bañado, peinado y perfumado), ni Pablo Oppido, ni el Walter... ahí eran todos desconocidos y por un rato sentí la tentación de abrazar a alguna negrita para poder compartir la emoción con alguien, vió... Pero me contuve, me senté en el pasto, me saqué los championes, la tobillera y las medias, estiré un poquito y arranqué a caminar despacito hacia donde tenías que devolver los chips, recibiendo a cambio una hermosa medalla, una bolsa que te entregaban unas veteranas gordas y que contenía dos bananitas (riquísimas), una manzana y dos barras de cereal y un poco más adelante un vaso de Gatorade.- Me devoré todo lo que había en la bolsa con voracidad, me dió pena tirar las cáscaras de las bananas que de buena gana me las hubiera comido también.- ¡Cómo extrañé la pizza del Walter!!!! Que no nos falte nunca! Después me subí a una valla de metal a esperar a mis compañeros de equipo.- Por un momento temí no encontrarlos porque era un mundo de gente.- Vi al fantasma negro con cara de calavera, el indio no pintó, el de la bandera todavía debe estar enchufado a un pulmotor.- Pasaron como 15 minutos y nada.- Hasta que sentí el grito infalible de "GRAN DT!!!" característico del Capitán Delmar y nos juntamos en un abrazo, y enseguida con Quique y Martha que estaban con él.- Estábamos felices, el sueño se había realizado, los Rojos habíamos cumplido!!!

El resto del domingo y los tres días posteriores fueron la frutilla de la torta.- Paseos, caipirinha, samba, cervezinha, mar, caipirinha, cervezinha, caipirinha... Ya me anda zumbando por la cabeza la idea de repetir esta aventura con todo el equipo, ver si podemos empezar a recaudar la guita para poder estar todos el año que viene o el otro...Queridos amigos: espero no haberlos aburrido.- Estos fueron algunos de los momentos felices que disfrutamos en ese paraíso donde estuvimos, donde la carrera fue una excusa y el compartir con los amigos fue otra vez el gran logro.- Este es un equipo de buenos tipos unidos por el deporte y hermanados por el sentimiento de la amistad.- Ayer, después de la carrera en Parque Batlle, el Pepe me mandó un mensaje de texto donde escribió: "Gracias por hacerme entrar en este equipo".- Esa es la idea.- Entrar y no tener ganas de irte nunca más...Saludos cordiales.-DANI



Dani, Sergio, Delmar y Quique en el glorioso césped de Maracaná.

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